Para las empresas que se dedican a la recolección y comercialización de desechos, las enormes cantidades de papel, vidrio y plástico que se vierten en las calles significan una oportunidad de hacer negocio; en cambio para María Elena Martínez, vecina de Santo Domingo, representan la posibilidad de generar acciones comunitarias encaminadas a mostrar a los vecinos una forma de ahorrar y obtener recursos extra en tiempos de crisis.
Más que una moda, María Elena ha hecho del reuso una forma de vida: en su casa es común ver frascos de café haciendo las veces de especieros, cuadernos hechos con hojas que sólo se usaron por un lado; del mercado rechaza la mayor cantidad de bolsas de plástico que puede: “¿para qué desperdiciar, si muchas cosas caben en una sola bolsa?” piensa.
El gusto por compartir sus conocimientos, la ha llevado a dar los primeros pasos como activista ecológica en su comunidad: hace dos años elaboró un cobertor con hojas de periódico dobladas, cocidas con hilo y aguja, y lo obsequió a familiares de los mineros muertos en Pasta de Conchos que se manifestaban en el Zócalo; ahí les mostró la técnica para elaborar más cobertores y después lo hizo con mujeres de la comunidad pastoral de la Iglesia de la Resurrección. “No sé si ellas habrán enseñado a más gente, pero por lo menos ya tienen el conocimiento para hacerlo; hace poco vino una compañera a pedirme que le enseñara porque quiere hacer cortinas con esa técnica”.
Después tuvimos la idea de fabricar cuadernos con hojas de reuso y cartulina con papel reciclado para el jardín de niños comunitario de la misma iglesia. “Queremos construir espacios de verdadera participación ciudadana, que la ayuda venga de los propios vecinos porque ellos mismos pueden salir adelante sin esperar que un líder venga y cambie las cosas; es algo ambicioso y llevamos muy poco, pero por algo se empieza”.
María Elena está convencida que si los vecinos advierten los beneficios del reciclaje para su barrio y sus bolsillos, mostrándoles cómo se puede aprovechar un objeto en apariencia destinado a la basura no dudarán en poner manos a la obra, como ella, que ya piensa en los próximos pasos de su activismo. |